Cabalgata asfáltica ¿tradición o vanidad?

La ira invadió mi cuerpo, mi mente y hasta mis palabras al agredir cuanto animalista se me atravesaba, todo por culpa de ese Batman que interfirió en mi oportunidad de ser la reina, la diva de esa muestra de estatus, donde la clase social se diferencia a la altura del caballo, y la austeridad se olvida con el trago, la carne operada y ensiliconada de los que creen tener el poder en las manos.

Mi Juangui con todo su entusiasmo de empezar su primer mes de Gobernador como todo un llanerazo, quería hacer lo que diferentes gobernantes vienen haciendo, “La Feria Agropecuaria y Agroindustrial de los Llanos, Expo Malocas 2020” acompañada de su famosa “cabalgata asfáltica.”

Una tradición del departamento del Meta, que se repite en diferentes departamentos de Colombia, aunque siempre la defendemos como propia, como si fuéramos los únicos con caballos, que no es importante en este momento, porque la gracia es defenderla a como dé lugar, porque somos llaneros, arriamos vacas, se baila joropo, se tienen diferentes expresiones culturales y artísticas, gran variedad de platos gastronómicos, exuberante fauna y flora, pero para estas ferias lo único que nos representa es el caballo en el asfalto de las calles de Villavicencio.

Por eso las cabalgatas son más que mujeres y hombres en caballos, son la representación de la gente de bien del departamento, de los recriminados por los pobres, de cuanto hijueputazo florece por el mal estado de los Metenses.

Pero ese Batman traicionó la usanza y la cultura de nuestro llano, como dirían algunos energúmenos personajes del Meta, entre esos yo, que como toda mujer arraigada y con sentido de pertenencia, no admito ningún cambio condicionado por nuestros ancestros, que nos enseñan los dogmas que marcan nuestras vidas; como los españoles hicieron con su supuesta conquista en América o el representante de los Taxistas de Colombia, que manda a planchar y lavar a las mujeres que trabajan con Uber; pero en el llano solo se concibe con eufemismos, para hacer más agradable la tradición de la cabalgata asfáltica.

Así se trató en el concejo de Villavicencio, casi la mayoría defendió las creencias por encima de lo que sienten los animales que solo sirven para cumplir nuestros caprichos.

Me duele tanto que en Villavicencio no se realizará la cabalgata, y se la llevaran para Acacías, pero lo que más me dolió fue que mi Juangui haya firmado una carta sin leerla bien, confundió a muchos del traslado de toda la feria.

La verdad no entiendo por qué defiende a esos caballos, ni siquiera saben hablar, son simples bestias que obedecen a golpes y muchas repeticiones sin comer y al rayo del sol para que aprendan el paso fino, que es muy importante para engalanarse en la fantochería ¡perdón! en la elegancia y la clase social que se exhibe con sus caballos e indumentaria.

Además creo que los que defienden los animales son muy metidos, ya que nadie los ha llamado a interceder por los caballos.

Ni animalistas, ni la ciudadanía en general interceden por ellos mismos, mantienen con anteojeras, las mismas que utilizan los caballos para ver lo que el jinete desea que solo vean, igual que nuestros gobernantes que les muestran lo que quieren ver, para que se distraigan en las fiestas, en las borracheras, en los discursos bonitos que alegran el alma, mientras que los recursos se pierden en bolsillos de varios flautistas cautivadores de mujeres y hombres.

Por eso las cabalgatas son más que mujeres y hombres en caballos, son la representación de la gente de bien del departamento, de los recriminados por los pobres, de cuanto hijueputazo florece por el mal estado de los Metenses.

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