Todas las mañanas al salir el sol, me levanto indignada en mi habitación, miro en mis redes con desilusión, que los negocitos se acaban de sopetón, por culpa de mamertos que se creen la reencarnación de figuras emblemáticas de la historia que pasó, por eso me molesto y digo con difamación, que no se metan en lo que nace con corrupción, porque dañan coimas que se hicieron con sudor.
Villavicencio podría volverse una ciudad sin dignidad para la gente de bien, que tanto ha servido y sufrido por construir sus imperios, que con esfuerzo han creado su propio séquito, que han luchado por ganarse un espacio en la contratación de Villavicencio y el departamento del Meta, que pobremente se han lucrado económicamente con las migajas de nuestros impuestos.
Podríamos perder a la clase élite, a la casta social, a los impolutos de la política tradicional, a los que tanto nos gusta rendirle pleitesía por un simple saludo que acompañe un abrazo, un beso o una estrechada de mano, que esconde el desprecio por esa gentuza que se cree cercana y colabora con benevolencia, disponiendo de tiempo y sin paga, ubicándose como el esclavo servicial.
Por eso me niego rotundamente a perder lo que tanto se ha construido con el sufrimiento de muchos para el disfrute de pocos. Me niego a que la ciudad caótica deje de ser el negocio de los mismos políticos y contratistas.
Es inconcebible que negocitos como el PAE dejen de ser direccionados y le den más relevancia a la calidad en el alimento que al propio dinero, puesto que son hijos de otros, y la comida puede ser regular.
Me inquieta que el dinero pueda llegar a ser debidamente invertido y limite los tentáculos de los que sobreviven con ello.
Podríamos perder a la clase élite, a la casta social, a los impolutos de la política tradicional, a los que tanto nos gusta rendirle pleitesía por un simple saludo que acompañe un abrazo, un beso o una estrechada de mano, que esconde el desprecio por esa gentuza que se cree cercana y colabora con benevolencia, disponiendo de tiempo y sin paga, ubicándose como el esclavo servicial.
Han sido reiteradas las ocasiones en que se ha jugado con la dignidad de los impolutos de la clase social, y esto empieza a sembrar molestias e indisposiciones, a las que me uno como medio de comunicación sirviendo al mejor postor, ya que, somos la mejor alianza para la corrupción ¡perdón! para la información. Teniendo en cuenta que ante cualquier averiguación nunca faltará la posibilidad de extorsión, puesto que, el dinero ocupó el mejor lugar que la información.
Teniendo en cuenta los nombramientos tanto en la Alcaldía de Villavicencio como la Gobernación del Meta por mandatarios pasados, nos da luz para entorpecer y perjudicar el desarrollo del gobierno.
Diputados que se jactan de hacer control político hasta ahora de unas obras ejecutadas de un gobierno pasado, demuestra el acomodo al gobierno de turno.
Concejales que dificultan y se ensañan en el trabajo de otros para destruirlos, para que luego salgan con delirios de persecución difamatorios y se crean intachables de actos que no solo pasan en la imaginación, sino también en palabras escritas que sirven de cambio.
Por eso pido con vehemencia que se respeten las tradiciones y las costumbres mañosas que se frecuentan en nuestra tierra. Porque no es lo mismo acostumbrar un pueblo indolente, un pueblo resignado, un pueblo empobrecido, un pueblo que se alegre a las migajas de una campaña política a un pueblo con dignidad, orgulloso, empoderado y exigente. Esto segrega a la impoluta clase social, obligándola a tomar medidas perniciosas junto a partidarios que funcionan con la energía del dinero para denigrar y torpedear.