Feo que la gente que vive en los municipios PDET se quejen por la tardía transformación de sus territorios, creyendo que los alcaldes, concejales y congresistas de turno velan por el beneficio de sus comunidades, en especial las que han sido víctimas del conflicto armado, y el departamento del Meta no es la excepción para los intereses de los que ostentan el poder.
Cuando el ‘Chuky’ de Santos estaba llevando a cabo el acuerdo de paz en Colombia con esos guerrilleros, nos opusimos vehementemente con toda la godarria para torpedear el susodicho proceso de paz.
Y a pesar de todas las estrategias de desinformación, salió a flote el acuerdo de paz, y fue elogiado internacionalmente; hasta se ganó el Nobel de Paz ese ‘Chucky’.
Siempre nos invadió ese odio contra el gobierno de ‘Chucky’ y los tontos que apoyaron ese acuerdito de paz, pero hubo solo una cosita que nos llamó mucho la atención: los recursos que se destinarían.
Ese fue el único acuerdo de paz que hubo entre la godarria y los zurdos para llegar a un feliz término. Porque si había platica de por medio para ‘trabajar’, ¿por qué no ser amiguis por el momento?
Y así fue como en el gobierno de mi Duque se implementó la mayor inversión de recursos de la paz en los diferentes municipios de Colombia afectados por la violencia.
En el departamento del Meta celebraban los habitantes de los municipios PDET por la transformación en pro del desarrollo de las comunidades víctimas del conflicto armado, pero también celebraban otros que no habían sido víctimas del conflicto.
«Ese fue el único acuerdo de paz que hubo entre la godarria y los zurdos para llegar a un feliz término. Porque si había platica de por medio para “trabajar”, ¿por qué no ser amiguis por el momento?«
Y fue así como varios proyectos con inversiones del OCAD – PAZ se fueron materializando en el departamento del Meta, en vías, puentecitos, acueductos, electricidad y varias cositas más que hoy en día siguen haciendo falta, y sus pobladores se siguen quejando de la incertidumbre de esas inversiones para mejorar su productividad y reparar el tejido social que hacen parte de la implementación del acuerdo para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera.
Pero como todo no podía ser perfecto para los que se adueñaron de los proyectos, estalló el escándalo del saqueo a los recursos de la paz, por una suma que fue actualizada recientemente por el Departamento Nacional de Planeación: $12 billones en toda Colombia.
Y en el departamento del Meta el patrón es similar, con sus obras estancadas, de baja calidad y contratistas relacionados con escándalos de corrupción y cercanos a gamonales regionales, conocidos únicamente por su amor al dinero fácil de conseguir.