
Mientras en el resto del país celebran el Día del Padre, en Vichada se preparan para elegir nuevo papá… perdón, nuevo gobernador. Y como en esta tierra selvática todo puede pasar, los dos finalistas de este reinado político tienen más antecedentes que propuestas.
Se enfrentan Juan Carlos Cordero, el heredero de la casa caída de Benito Castro, y Fulberto Guevara, el rey Midas de los contratos públicos. Lo que parece una elección democrática es, en realidad, el casting final entre el continuismo maquillado y el contratismo con eslogan.
Cordero: el ahijado del poder… y del hospital
El joven Juan Carlos, con cara de yo no fui y aval de todos los partidos que quepan en una camioneta blanca, carga sobre sus hombros el peso de una campaña respaldada por la élite local, incluyendo al hospital regional y a la ex primera dama Xiomara Bustos. Sí, la esposa del gobernador destituido por corrupción. Qué ternura.
Tan descarada ha sido la movida que hasta la Secretaría de Transparencia pidió a la Fiscalía que investigue lo obvio: proselitismo descarado desde las instituciones públicas. Si gana, que le den media IPS y una gerencia para cada padrino.
Eso sí, el muchacho no la ha tenido fácil: fue retenido por disidencias armadas (¿campaña con padrinos o con fusil?), y su equipo fue atacado a bala en Cumaribo. En Vichada hasta los votos sudan pólvora.
Fulberto: el contratista que quiere gobernar su propio negocio
Del otro lado está Fulberto Guevara, que se presenta como «el hijo del pueblo», aunque el pueblo solo lo ve cuando hay licitación. Este señor ha recibido más de $39 mil millones en contratos, la mayoría en Cumaribo, su tierra natal. ¡Un verdadero líder… del PAC (Plan Anual de Contratación)!
Su prontuario es más largo que las obras inconclusas que dejó: tiene investigaciones por incumplimientos en sistemas de acueducto, y hasta la DIAN lo tiene embargado por no pagar sus obligaciones. Pero nada que una buena alianza política no tape, como siempre.
Eso sí, su coalición es la más diversa: desde verdes hasta rojos pasando por amarillos. Solo falta que lo avale el INVIAS y estamos completos.
Paz, pero con control remoto
Ambos candidatos juran que traerán “paz y desarrollo”. Pero con disidencias armadas marcando territorio, el único que puede prometer tranquilidad en Vichada es el comandante guerrillero de turno. Y mientras los civiles se resignan a votar entre dos opciones cuestionadas, las FARC 2.0 y la Segunda Marquetalia ya mandan en las zonas más apartadas.
¿Qué se gana Vichada este domingo?
Una de dos:
1- Un gobernador acusado de usar recursos públicos para su campaña, pero muy bien conectado.
2- Un contratista con más obras que excusas, pero también más demandas que diplomas.
Como siempre, gane quien gane, lo importante es que la mermelada siga fluyendo… aunque esta vez huela a selva, contrato y pasillo de hospital.