Comunidad de la vereda san pablo de Puerto López sufre por vía en muy mal estado

En la vereda San Pablo de Puerto López, los campesinos no necesitan gimnasio: con solo caminar por la vía ya hacen ejercicio. Entre huecos que parecen piscinas olímpicas y barro que compite con el de Rubiales en temporada de lluvias, la carretera es un monumento al abandono.

Dicen que la vía está “en muy mal estado”, pero eso es como decir que el río Meta es “un charquito”. En realidad, el camino es tan malo que los enfermos se curan solos antes de llegar al hospital.

La Gobernación del Meta y la Alcaldía de Puerto López ya están “al tanto”. Traducción: saben que la comunidad sufre, pero la solución viene en carreta… literal. Y mientras los funcionarios se toman la foto con cara de empatía, los campesinos siguen cargando su yuca, su plátano y hasta a los pacientes enfermos como si fueran contrabando de carretera destapada.

Eso sí: cuando llega campaña electoral, los candidatos prometen doble calzada, puente colgante y hasta teleférico si toca. Pero pasado el discurso, lo único doble es el dolor de espalda de los que caminan esa trocha y lo único colgante son los amortiguadores de las motos que todavía se atreven a pasar.

Porque en la vereda San Pablo, Puerto López, Meta, la carretera no conecta: desconecta. Y mientras los de arriba discuten si el arreglo lo paga el municipio o el departamento, la comunidad ya sabe que la única solución rápida es pedirle a San Isidro que convierta el barro en cemento.

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