El Instituto de Deporte y Recreación del Meta, ese lugar donde los cronogramas se lesionan y las obras se quedan en terapia intensiva, anunció cambio de entrenador.
Se va Fabián Hernán Torres Carrillo, quien dirigió el Idermeta con más pausas activas que resultados, y entra Christian David Herrera Molina, hasta ahora subdirector de Planeación.
Sí, el que planeaba los proyectos… pero ahora tendrá que ejecutarlos, y ojalá no con el mismo libreto de las promesas inconclusas.
Durante la administración de Torres, varios escenarios deportivos del Meta quedaron a medio camino entre la maqueta y el olvido: canchas sin terminar, coliseos sin graderías y promesas que nunca arrancaron. Mientras tanto, los deportistas seguían calentando… la paciencia.
Su gestión, según las malas lenguas y los buenos cronogramas, fue más lenta que las dobles calzadas de Villavicencio. El bajo desempeño se notó tanto, que hasta los contratos parecían hacer siesta.
Ahora Christian Herrera, quien llega con la promesa de “poner en forma” al Idermeta. Dicen que el hombre es metódico, técnico y con visión de futuro, lo cual ya es una mejora respecto a su antecesor, que veía el futuro solo cuando el plazo de ejecución se vencía.
Desde la Gobernación aseguran que el cambio busca “recuperar el impulso deportivo del Meta”. Traducido al idioma real: esperan que esta vez las obras terminen antes de que empiece el próximo gobierno.
Herrera, por ahora, llega motivado, con discurso inspirador y cronómetro en mano. Ojalá logre que el Idermeta pase del trote cochinero a la competencia olímpica. Porque si algo necesita el deporte metense, es menos discursos y más resultados en el marcador.
