
Un hijueputazo bastó para que mandatarios y medios de comunicación desviaran el debate sobre el deplorable sistema de salud que hay en el departamento del Meta, donde se han robado los recursos durante tanto tiempo, que resulta más normal que desfalquen la salud a que alguien diga una palabra ofensiva y expresiva.
El Ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, se encuentra en el centro de una controversia tras su visita al municipio de Puerto Gaitán, Meta, el 24 de abril de 2025. Durante una inspección a la ESE Departamental Solución Salud, el ministro habría utilizado un lenguaje ofensivo contra la gerente de la entidad, María del Carmen Rodríguez, según denuncias presentadas por el concejal Papo Amín, y respaldadas por la senadora María Fernanda Cabal, del Centro Democrático. Al parecer, las expresiones de Jaramillo incluyeron frases como “Ojalá le tocara a usted enfermarse aquí y que no tuviera familia”, lo que ha sido interpretado como un trato irrespetuoso y ha motivado una queja formal ante la Procuraduría General de la Nación.
En seguimiento a la denuncia, la Procuraduría General de la Nación abrió una indagación preliminar contra el Ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, por los hechos ocurridos en Puerto Gaitán. Al parecer, el organismo busca determinar si el ministro incurrió en una falta disciplinaria al haber increpado a la gerente de la ESE Departamental del Meta con palabras irrespetuosas relacionadas con la atención que prestan a los pacientes, lo que podría derivar en sanciones si se comprueba la irregularidad.
La senadora Cabal, quien radicó la queja el 25 de abril de 2025, argumentó que la conducta del ministro refleja una falta de respeto hacia los funcionarios de salud y hacia la comunidad del Meta, que enfrenta serias dificultades en el acceso a servicios médicos. Al parecer, Jaramillo expresó su inconformidad con la gestión de la ESE, señalando que la remisión de pacientes a Villavicencio para recibir atención es “inaceptable”. En respuesta, el Ministerio de Salud anunció medidas para fortalecer la atención médica local, como la creación de un hospital de primer nivel en Puerto Gaitán, pero esto no ha mitigado las críticas por el tono utilizado durante la visita.
El incidente en Puerto Gaitán plantea interrogantes sobre el papel de los líderes públicos en el manejo de las crisis de salud y la importancia del respeto en las interacciones con los funcionarios locales. ¿Es aceptable que un ministro utilice un lenguaje que pueda interpretarse como ofensivo para señalar problemas estructurales, o debería priorizarse un diálogo constructivo? ¿Qué impacto tendrá esta controversia en la gestión del Ministerio de Salud?