Se supone que la educación superior en Colombia es un privilegio, y más aún en las regiones donde existe una hegemonía aristocrática, especialmente en el departamento del Meta, donde el conflicto armado fortaleció, creó casas políticas y eliminó a los fastidiosos que hacían contrapoder.
En el departamento del Meta se creó un dichoso Fondo Social para la Educación Superior del Meta – FSES, disque para promover, estimular e incentivar la formación en la educación superior, haciendo posible el acceso y la permanencia a la población de escasos recursos. Y todo ese palabrerío está en un decretico, el 181 de 2012.
Para todos esos pobres en el Meta tuvo que ser la posibilidad de lo que ellos llaman “salir adelante”, ya que estaban condenados desde que nacieron, pero gracias a ese FSES muchos jóvenes y adultos conocieron el privilegio de estudiar en una universidad, aunque todo no fue color de rosa.
Porque para la dicha de los privilegiados en el departamento del Meta, también hubo la posibilidad de que por debajo de cuerda entrara la población que no era de escasos recursos y pudiera acceder a pregrados y posgrados sin ninguna complicación.
Todo esto gracias a mi Ricardito Augusto Martínez Hernández, exdirector del Fondo Social para la Educación Superior del Meta – FSES 2020-2023 y parte del 2024, ya que le tocó irse. Además, mi Ricardito viene acompañando a mi Juangui desde cuando era alcalde de Villavicencio. Recordemos que la Procuraduría Provincial de Villavicencio le formuló cargos a mi Ricardito cuando era secretario de educación municipal en Villavicencio por no haber estimado adecuadamente el monto necesario para cubrir los salarios de los docentes del municipio al 31 de diciembre de 2015.
«Para la dicha de los privilegiados en el departamento del Meta, también hubo la posibilidad de que por debajo de cuerda entrara la población que no era de escasos recursos y pudiera acceder a pregrados y posgrados sin ninguna complicación».
Lo cierto es que antes de que se fuera del FSES mi Ricardito, nos negó información con respecto a los beneficiados en la entidad, y con mucho dolor interpusimos una acción de tutela, que lo obligó a entregarnos parte de la información, no sin antes contestar que todo el contenido, incluidas bases de datos y accesos, habían sido eliminados de forma intencionada. Después de todas esas coincidencias con Ricardito, decidimos volver a oficiar al FSES para saber si se había formulado la denuncia penal por la pérdida de información, y parece ser que sí denunciaron en la Fiscalía.
Obviamente estaremos atentos a eso, por ahora estamos revisando los números de cédula que nos entregaron, donde hemos evidenciado gente que no es de escasos recursos, sino de buenos ingresos, cercanos a políticos reconocidos y familiares también. Al final de todo, mi Ricardito fue reemplazado por Luz Mireya López Baquero, ¡qué pecadito!, siempre soñó con ser la directora del FSES, la pobre no sabe en qué vaca loca se metió, y hoy en la Asamblea del Meta causó pena ajena ante los diputados, al verse perdida con su propio informe, causando muchas más dudas con los presentes e incertidumbre con los que esperan seguir estudiando.
La Asamblea aprobó $176.000 millones para estos cuatro años, y ya empezó el segundo semestre del primer año y las universidades siguen esperando el dinero para que los beneficiados sigan estudiando. ¿Seguirá la deserción en la educación superior?