La doble calzada a ciudad Porfía: promesas y congresistas en fuga

El miércoles 13 de agosto, entre cascos blancos, chalecos reflectivos y discursos repetidos, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y la Agencia para la Infraestructura del Meta (AIM) recorrieron las obras de la doble calzada a ciudad Porfía, ese proyecto que parece más eterno que las promesas de campaña.

El chisme más sonado: el DNP prometió que en 10 días hábiles dará un pronunciamiento oficial sobre si se descongelan o no la platica de la obra. En otras palabras: la comunidad deberá esperar un par de semanitas más para saber si la plata se libera, mientras la construcción inconclusa se convierte en paisaje permanente.

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La jornada dejó un listado de pañitos de agua tibia:
• La Alcaldía instalará un semáforo en el sector y dictará charlas de concientización vial (porque nada dice como aprender a sobrevivir entre tractomulas y huecos).
• La Agencia para la Infraestructura del Meta dispondrá de paleteros para controlar el tráfico, esos héroes anónimos con paleta en mano que terminan siendo la verdadera autoridad en carretera.
• Se retomará, ahora sí, el puente peatonal de Playa Rica, que quedó más inconcluso que el POT de Villavicencio.
• Y, por último, se revisará el contrato con el contratista para que, en teoría, no se vuelva a quedar a medias.

Sin embargo, la gran noticia del día no fue lo que se dijo, sino lo que no se vio: los congresistas del Meta brillaron por su ausencia. Ni los representantes Jaime Rodríguez Contreras, Carlos Arturo Vallejo y William Aljure, ni el senador Alejandro Vega Pérez se aparecieron por el lugar. Tal vez estaban ocupados en asuntos que para ellos resultan más importantes que lo que realmente le importa a la comunidad de su departamento.

En fin, la comunidad sigue esperando obras, mientras los anuncios se acumulan en carpetas. Lo único que avanzó a toda velocidad fue la caravana de camionetas oficiales saliendo Villavicencio, dejando tras de sí la misma incertidumbre de siempre: ¿será que esta vez sí?

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