La salida de Benito Castro, quien había sido elegido pese a una condena previa en segunda instancia, abrió un debate nacional sobre la debilidad de los filtros institucionales y la urgencia de revisar los mecanismos de control electoral. Su destitución puso nuevamente sobre la mesa la necesidad de una mayor transparencia en la política regional y ha generado un ambiente de exigencia hacia los nuevos aspirantes.
Juan Carlos Cordero: una candidatura ligada al anterior gobernador
Juan Carlos Cordero es ampliamente identificado como uno de los aliados más cercanos del exgobernador Benito Castro. Durante la campaña anterior, Cordero fue promovido activamente por la estructura política que rodeó al exmandatario, y su postulación ha sido vista por algunos analistas como un intento de continuidad de ese modelo de poder.
Aunque Cordero no tiene investigaciones en curso, su cercanía con Benito —condenado por apropiación indebida de recursos públicos cuando fue alcalde de Santa Rosalía— ha generado preocupación sobre su capacidad para garantizar una administración autónoma y libre de las prácticas cuestionadas que caracterizaron la gestión anterior.
Fulberto Guevara: experiencia técnica y respaldo empresarial controversial
Por su parte, Fulberto Guevara ha construido su perfil como contratista y gestor de proyectos públicos. Su carrera ha estado acompañada por el respaldo del empresario Luis Carlos Álvarez, figura conocida en el departamento por su influencia en sectores políticos y contractuales. Álvarez fue mencionado en informes sobre presuntos vínculos con actores regionales y economías ilegales, incluyendo el narcotráfico, aunque no existen condenas formales en su contra.
Guevara ha defendido su independencia y experiencia como activos para el desarrollo del Vichada. No obstante, sectores de la sociedad civil han expresado preocupación sobre el grado de incidencia que podrían tener figuras como Álvarez en una eventual administración departamental.
